Apaga las luces para encender el alma de los que sufren... de los que encuentran lo que no quieren... de los que saben lo que no deben... de los que deben y no saben...
Mas no, apaga las luces del alma también, ¿para qué gastar fuerzas? No importa la oscuridad si a cambio no hay silencio... Llena el vacío de agua cayendo hacia el cielo...
Y, ¿por qué no? ¿de qué te extrañas? Puedes hacer lo que sueñes, solo tienes que verlo... sentirlo y acariciarlo...
Va, apaga las luces y te diré que te quiero... ¿estás de acuerdo?
¡TE QUIERO, MUNDO!
Pero no, el cielo no lo apagues... que me muero si no lo veo...
Laia.
1 comentario:
Hola Amiga:
estuve desaparecido de la blogosfera un tiempo, ahora pasaba a saludarte.
Un gran abrazo
Publicar un comentario