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lunes, 21 de junio de 2010

Descubrimientos...

Quiero decirte, amigo lector, que hace más de un año descubrí que SeñorsíSeñor me estaba engañando. Como se podía esperar él lo negó por activa y por pasiva pero, el caso es que descubrí muchos mensajes en su móvil que demostraban lo contrario y, al fin, pude confirmar que no estaba loca, que su comportamiento era el típico de un hombre infiel.
Cuando se destapó todo y hablamos claro, me pidió una oportunidad para demostrarme que me quería y que con quien quería estar era conmigo. Entre otras cosas. Pero siempre argumentando que, contra todo lo que podía parecer, no había pasado nada físico entre ellos, que todo había sido un juego morboso... pero a mi me sigue doliendo el hecho simple y conciso de que, el engaño, es una traición, aunque sólo haya sido a medias... sobre todo, porque fue con una de sus compañeras de trabajo y con la que hemos ido hasta de viajes por el mundo... hemos comido en mi casa todos juntos, en la suya... hemos ido de conciertos y vivido muchas otras circunstancias que, cuando las recuerdo y me veo como una absoluta mema, ignorante de lo que había detrás de las miraditas y de los secretitos en un rincón de la cocina, etc., me entra una soberbia que me es dificil controlar. Son dos amigas del alma, compañeras de trabajo de más de veinticinco años que siempre van juntas a todo y con todos. Sus maridos también, claro, pero los ningunean así que, ellos no son importantes. Pues bien, yo estaba segura de que me estaba siendo infiel con "la otra"
Fue una sorpresa descubrirlo... ¡qué bien supieron hacerlo! Estaba liado con la morena y tonteaba con la pelirroja. ¡Qué tonta he sido!
Todo está tranquilo, aparentemente. No he vuelto a percibir nada raro. Incluso su comportamiento ha cambiado. Ahora es amable, habla, nos reímos, vamos al cine... y el año pasado accedí a volver a pasar las vacaciones con él y, tengo que decir, que me lo pasé muy bien. Estuvo pendiente de mi, salimos a cenar, a comer, de fiestas por los pueblos de los alrededores, a pescar... nos reíamos, charlábamos.
El verano está a la vuelta de la esquina, aunque aún no hace calor. Pero este año tengo dudas y miedos, porque no sé si podré aguantar a su familia tanto tiempo... llevo un mes con su madre en mi casa y pensar que aún me queda el mes de julio y agosto con ella en su propia casa, me tiene muy nerviosa.
Ya te contaré.
Laia.