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jueves, 14 de febrero de 2008

Mira el pez...

Mira este pececito... se mueve y espera que le llegue comida... y espera que le limpien el agua... y espera que lo pongan cerca de la luz... es decir, este pececito está indefenso. Sin embargo, si estuviera en su hábitat, tendría armas para defenderse. Pero lo han secuestrado, lo han hundido, lo han retenido en un lugar pequeño que lo asfixia, en un lugar que no conoce... está solo y está a merced del criterio de aquellos que quieran cuidarle... ¡qué dolor! ¡Qué injusticia! Lo llevan a la jungla y esperan que sepa defenderse y encima, ¡conseguirlo!
Laia.

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