Un ramo limpio, inmaculado y sencillo para celebrar y premiar mi vida... la que no conoce nadie... la que nadie ha compartido... Un ramo blanco, aterciopelado, fresco y tierno para conmemorar que una noche como esta de hace treinta y un años, dí suelta a mis ilusiones y a mis esperanzas y me llené de entusiasmo y pasión para desarrollar un proyecto vital que resultó ser sólo, un sueño efímero... pero he dedicado mi vida a ello y, aunque no lo he conseguido, aprenderé a sentirme feliz por lo que he hecho... ahora, tengo que aprender a ser YO de nuevo... después, vendrá todo lo demás...Laia.

No hay comentarios:
Publicar un comentario