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lunes, 18 de junio de 2007

La realidad...

Quiero decirte cómo me siento. Y lo voy a hacer aunque estoy pensando seriamente si no seré yo también egocéntria. Me siento mal. El SeñorSíSeñor con el que comparto el aire que respiro está fatal. Hoy ha tratado injustamente a una de mis hijas en medio del bar donde estábamos. Y estábamos allí porque ella intenta hacer cosas que nos ayuden a entendernos y a querernos así que, nos propone salir a tomar el aperitivo y habla y nos pregunta cosas y nos explica otras... esa es su forma de ayudar. Pero claro, para que las cosas vayan bien, todos hemos de querer. Y el SeñorSíSeñor de los cataplines, haciendo honor a su ágrio y déspota carácter, avasalla a quien le sale de sus mismos cataplines. ¡Qué dolor siento! ¡Quiero PAZ! ¡Tranquilidad! ¡Armonía! ¡Respeto! ¡Amabilidad! ¡Delicadeza! ¡Sensibilidad! ¡Amor!
SeñorSíSeñor está jugando con fuego. Se está jugando su equilibrio, el poco que tiene. Va contra natura. Va contra corriente. Y esas cosas se pagan. Un día, cuando se dé cuenta, pedirá perdón, quiero pensar, pero, ya habrá destrozado unas cuantas vidas. Y sólo, por quererle...
Me siento muy, muy mal. No veo salida a mi vida. Una salida amable sin lucha y sin dolor.
Laia.

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