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viernes, 1 de junio de 2012

Estoy muy preocupada...

 Empiezo a acostumbrarme otra vez a escribirte por las noches.
Estoy recuperando las ganas de contarte las cosas que pasan en mis días.
Empezaré diciendo que estoy muy preocupada con mis hijas. Sobre todo, con la mayor. Lleva más de dos años y medio en paro y no encuentra trabajo ni para limpiar...
Después de muchos años emancipada, con su carrera, cuidándose y llevando su vida y su casa adelante, tendrá que volver a vivir con nosotros. Porque estamos llegando al límite de la ayuda que podemos darle. Ya no hay más. Lo que habíamos ahorrado para una jubilación más o menos tranquila, se ha acabado. Tendrá que dejar sus cosas en un guardamuebles y, si es muy caro, las tendrá que vender.Y será un drama. Porque, todos nos hemos acostumbrado ya a vivir solos y, tener que negociar a éstas alturas, la cadena de televisión que poner, será duro... por decirlo de una forma amable. Pero el problema fundamental y el que más me preocupa es, lo mal que se sentirá ella cuando tenga que volver. Se sentirá hundida, derrotada, frustrada... a sus treinta y cuatro años. 
Los jóvenes hoy, a causa de la estafa mundial que nos han hecho, se han quedado sin futuro. 
En realidad, todos nos hemos quedado sin esperanzas, sin soluciones, sin oxígeno. Y mientras, los causantes de la estafa mundial, se han ido y se están yendo de rositas... mejor dicho: se les premia con millones de euros o dólares por una gestión nefasta...
Estamos viviendo momentos cruciales que marcarán un nuevo ritmo en la Historia de la Humanidad.
No hay soberanía en los países. Todos vivímos sometidos a los mercados y, los mercados, no entienden de personas. Sólo de dinero y poder.
Somos muchos en el mundo y, para servirles de mano de obra a los poderosos y ricachones, sobramos más de la mitad. 
Hemos dejado que, todo el sufrimiento, toda la sangre y las vidas de aquellos que lucharon por un mundo mejor, se vaya a la mierda. No hemos sabido cuidar la herencia que nos dejaron nuestros antepasados. No hemos valorado en su justa medida el dolor que había detrás de los avances sociales que hoy, con la excusa de una estafa que llaman crisis, nos están quitando con todo el descaro, con toda la prepotencia y el abuso de poder con que los fascistas lo hicieron ayer y lo siguen hacien hoy. Y claro, para redondear bien la actuación, si te quejas, te parten la cara, te dan con una bala de goma, te meten en prisión preventiva o, todo a la vez... sin olvidar que están cambiando las leyes para que la gente no se pueda ni reunir en la calle...

Nos hemos quedado sin el sol... la luz del sol se ha apagado...


Laia.

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