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domingo, 27 de julio de 2008

Mi padre...

Mi padre, con su puro y su bigote, con su pelo dorado y su tupé bien peinado. Serio, formal y cabal. Muy trabajador, demasiado, exagerado...
Un hombre sin recursos sociales, sólo sabía sentir y callar... no sabía contar un chiste, no sabía explicarse sin ponerse nervioso... un día, en la inauguración de un bar- restaurante que hicieron, después de la charla de rigor del alcalde y del cura, él se quedó callado y no supo qué decir. Pero ése era mi padre, con sus cosas buenas y sus cosas malas, como todo el mundo. Quiso a mi madre con locura. La cuidó y la mimó durante muchos años. Le hizo regalos, le dio sorpresas, la llevó a sitios bonitos, la hizo sentirse como una mujer en todos los sentidos... con pellizquitos, con confidencias, con complicidades... yo los oía a veces cuando estábamos todos en la cama y, como ya desde pequeña he tenido esta tendencia a no dormir de noche, escuchaba a mi padre durante largo rato leerle novelas a mi madre. Y también les oía cuchichear y reirse... en fin, ellos tenían su intimidad y la disfrutaban pero, llevan dieciseis años divorciados...
Laia.

1 comentario:

Anónimo dijo...

si todavia se aman alomejor puedan volver...si se perdonan .lo digo con todo respeto.