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lunes, 16 de junio de 2008

Mis palabras son calmas y no tiembla mi voz...

Mis palabras son calmas... emotivas... mis palabras salen del corazón... lo consigo con PAZ y sosiego, con calma y equilibrio... El horizonte se mantiene ante mis ojos con la serena actitud del que se siente seguro. Mi voz no tiembla ni se irritan mis cuerdas vocales. Mi mirada no busca aquello que no tiene y mi cabeza se mantiene lúcida. Mi cuerpo sigue gordo y mis pies siguen hinchados. Mis manos se están arrugando y en mi cuello avanzan las marcas del tiempo. También sigo fumando. Y acostandome muy tarde.
Te voy a confesar otro de mis secretos: no aguanto a SeñorSíSeñor. No lo soporto la mayor parte del día. No es que ya no esté enamorada de él, es que no me gusta nada de lo que veo. A veces, como por ejemplo la semana pasada que tuvimos que hacer un viaje imprevisto a su casa y, como no me dio tiempo a prepararme, casi pierdo los nervios, casi le hubiera estampado un guantazo en los morros... ya sé, ya sé, no soy partidaria de la violencia pero... por un rato pensé que no podría controlarme. Porque no quiero ir a su casa, a su pueblo, a ver a su madre, a su hermana... no quiero que la humedad del lugar me pringue la piel, que el calor me agobie... no quiero... pero sobre todo no quiero, porque él es como es... porque no es capaz de ser amable conmigo bajo ninguna condición.
No quiero el milagro de su conversión, tampoco lo espero. Además, sé que es imposible. Pero, un poco de amabilidad, por favor...
Laia.

3 comentarios:

dijo...

¿Sigues enamorada?

Laia. dijo...

JE TE AME...
Buena pregunta. Meditada a lo largo de los días de mis últimos años. Respuesta fácil, lógica, consecuente... podría ser.
Te contestaré:
"¿Sigues enamorada?" Sí.
Enamorada del hombre que hay detrás de los complejos, prejuicios, maldades, confusiones, errores, desidias, olvidos, gritos, salidas de tono, manipulaciones, infidelidad, groserías, deslealtades, hermetísmo, engaños, falsedad, quizás hipocresía, prepotencia, orgullo, soberbia, incomunicación... porque lo que sé que hay más allá de todo eso, es grande y bonito. Sé, que es víctima de un entorno y de unas vivencias infantiles que marcan a cualquiera. Sé también, que no puedo decirselo así que, me callo y busco en sus ojos algo que me ayude a seguir queriéndole con la misma inocencia con la que me enamoré de él.
Le quiero, sí. Estoy enamorada de él... sí. Independientemente de los años que ha cumplido, de las arrugas en su cara o el poco pelo que le queda.
¿Quiero quererle? No.
¿Quiero seguir enamorada de él? No.
Porque estoy cansada, agotada y muy, muy herida.
Nuestra situación actual es mejor, por cosas que han ocurrido y que en breve contaré, pero tendrían que pasar años sin ningún contratiempo para equilibrar la balanza, cerrar las heridas y apaciguar el dolor y la desconfianza.
Espero haber respondido a tu pregunta y gracias por hacerla, me has ayudado a reflexionar.
Ojalá la próxima vez que vengas, me dejes una dirección a la que pueda tener acceso.

Hasta cuando quieras.

Laia.

Laia. dijo...

He vuelto a decir algo que antes, no me he atrevido:
En esos años sin contratiempo que deberían transcurrir, también tendría que pasar una cosa y es, que pidiera perdón por tanto desamor que ha sembrado en mí, para poder decirle que le perdono. Porque, a veces, necesitamos la gratitud de la justicia.

Laia.