¿Oyes el sonido profundo de la propia vida?

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jueves, 5 de junio de 2008

Cosas que pasan por la noche...

La noche oscura me conmueve y también me asusta... suena el timbre de la puerta a altas horas y mi perrita salta de su letargo y empieza a ladrar con fuerza. Me asomo por la mirilla sin hacer ruido pero no abro la puerta por miedo y por precaución. La luz de la escalera está encendida y oigo el ascensor. Durante unos segundos me planteo si me asomo a la ventana para ver quién es. Al fin me decído y lo hago a tiempo de ver que mi vecina, está subiendose a una ambulancia con ayuda de dos enfermeros. No es la primera vez que le ocurre, la anterior, hace unas semanas, acudieron más de veinte bomberos y diez o quince policias. Cortaron la calle con varias ambulancias, tres UVI móvil, cinco o seis coches patrulla y un coche de bomberos. Tuvieron que desplegar una de esas escaleras enormes para entrar en su casa pues, en medio de su desconcierto y perdida entre la bruma de la soledad, el alcohol, la anorexia y la depresión, había llamado a su ex marido para decírle que se había clavado un cuchillo...
La historia de esta mujer jóven es muy oscura, muy complicada.
No todos sabemos o podemos conciliar nuestros sueños y nuestras frustraciones. A veces, llegamos a una encrucijada y no encontramos la LUZ que nos indique por dónde seguir con nuestra vida.
Yo quiero mantener mi mente en su sitio y no dejar que la sinrazón me ocupe.
Quiero sentir mariposas en mi estómago. Quiero verlas revolotear a mi alrededor dándome alegría y emoción ante lo más sencillo, lo más inocente, lo más sincero...
Laia.

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