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lunes, 26 de mayo de 2008
Este año no he podido ir pero el próximo, allí estaré... si Dios quiere... (417)
El logotipo de las fiestas de mi pueblo.
La Patum de Berga.
Una maravilla de pueblo y una espectacular fiesta declarada el 25 de noviembre del 2005 por la Unesco: Obra Maestra del Patrimonio Oral e Immaterial de la Humanidad.
Aquí te dejo una muestra. Se llama, Salt de Plens y es el acto que todos esperamos pacientemente a lo largo de un par de horas por lo espectacular y emotivo que es.
Van protegidos por vendas en la cara y en el cuerpo y por muchas ramas, llevan caretas y una indumentaria muy particular simulando demonios así como, petardos a modo de cuernos y en una especie de rabo, son alrededor de doscientos y, mientras queda un petardo encendido, las luces de la plaza no se encienden. Es apoteósico.
El final de la fiesta son, Los Tiravols, es un lamento emotivo porque se acaba aquello por lo que has vivido ilusionado durante todo un año.
La Patum es una experiencia que merece la pena vivir.
Este año no he podido ir, me he tenido que quedar en Madrid y la he visto en directo a través de internet pero, el año próximo, si Dios quiere, allí estaré de nuevo.
Laia.
La Patum de Berga.
Una maravilla de pueblo y una espectacular fiesta declarada el 25 de noviembre del 2005 por la Unesco: Obra Maestra del Patrimonio Oral e Immaterial de la Humanidad.
Aquí te dejo una muestra. Se llama, Salt de Plens y es el acto que todos esperamos pacientemente a lo largo de un par de horas por lo espectacular y emotivo que es.
Van protegidos por vendas en la cara y en el cuerpo y por muchas ramas, llevan caretas y una indumentaria muy particular simulando demonios así como, petardos a modo de cuernos y en una especie de rabo, son alrededor de doscientos y, mientras queda un petardo encendido, las luces de la plaza no se encienden. Es apoteósico.
El final de la fiesta son, Los Tiravols, es un lamento emotivo porque se acaba aquello por lo que has vivido ilusionado durante todo un año.
La Patum es una experiencia que merece la pena vivir.
Este año no he podido ir, me he tenido que quedar en Madrid y la he visto en directo a través de internet pero, el año próximo, si Dios quiere, allí estaré de nuevo.
Laia.
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