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domingo, 11 de mayo de 2008
Cuerpos que no tienen cara...
Caras que no muestran dolor. Cuerpos que no tienen cara. Seres que sobreviven sin marcas en la piel, sin romper el precinto, sin gastar la suela de los zapatos. Personas que no tienen insomnio, que no oyen murmullos por las noches en su alcoba... gente fuerte, gente dinámica que hace mil cosas "por la mañana" pero que se olvida de escuchar el lamento de la luna cuando se planta en su ventana. Hombres y mujeres que callan mientras hacen y hacen cosas sin parar y sin pensar...
Pero yo pienso en el recorrido que los pies son capaces de aprender para no perder el sonido del rigor, de la referencia, de aquello que nos da fuerza y sentido para levantarnos cada día y hacer las mismas cosas. Día a día, minuto a minuto, nos acercamos al final del camino pero, todos o casi todos, miramos a la pantalla donde discurre la rutina que nos sigue dando el ánimo para seguir esperando, huyendo, sufriendo... gozando.
Nos ponen la vida ahí delante, pero no somos capaces de verla como es. Y después, nos sentiremos defraudados... y yo me pregunto: ¿defraudados de qué?, si las espectativas las ponen otros. Yo soy como soy y tú también. Si seguimos nuestras propias pautas, ¿a quién vamos a defraudar? ¿A los cuerpos que no tienen cara? ¿Ni corazón?
Laia.
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