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lunes, 3 de marzo de 2008

Objetivo cumplido: ¡bailamos!

Esta noche quiero compartir mis vivencias en las clases de baile. Como ya sabes, SeñorSíSeñor es mi acompañante y, contra todo pronóstico, está aprendiendo y respondiendo como jamás pude imaginar... bailamos un poquito de cha cha cha, de merengue, de rock y de vals y, la semana pasada, empezamos a practicar el swing... y me siento pletórica de emoción... No es que me esté resignando, como pensaba a priori que tendría que hacer, es que, ¡estamos bailando! Y encima, me río mucho con él... por sus reacciones infantiles, por sus miradas de timidez, por sus esfuerzos... y no me río de él, quede claro que nos reímos juntos de las situaciones que todo ello genera... aunque, para ser sincera, al principio tuve que disimular mucho para que no se rebotara y no me dejara plantada allí en medio de las demás parejas con la boca abierta y la vergüenza en la cara...
En las primeras clases, como digo, tenía que disimular la causa de mis risas y es que, no podía aguantar alguna carcajada cuando quería "enseñarme" algún paso mientras hacía unas muecas... y las camuflaba diciendo que había tropezado mientras él miraba para otro lado o, exageraba algo que hubiera pasado alrededor nuestro para justificar el ataque de risa. Bueno, el tema ya está controlado porque, ahora, cuando nos equivocamos, unas veces nos reímos los dos y otras, se enfada porque no lo he hecho bien... ¡bien! Objetivo cumplido. Mal que le pese, ¡encima le está gustando! Y me alegro mucho.
Ojalá que sigamos yendo y aprendiendo.
Laia.

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