¿Oyes el sonido profundo de la propia vida?

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domingo, 12 de agosto de 2007

El placer de charlar contigo...

Me encanta poner fotos en el blog así que, esta noche te voy dejar unas cuantas. Espero que sean de tu agrado. Aunque lo que realmente hago es un juego, una terapia, un ejercicio... elijo una imágen y después escribo inspirándome en ella. Me dejo llevar por el impacto que recibo de lo que veo y escribo espontáneamente... según va saliendo... cuando era pequeña y mi madre aún tenía poder sobre mí, me decía mil veces que tenía muchos pajaritos en la cabeza. Y también decía que el motivo, la causa de que eso fuera así era, el afán que tenía por leer, leer, leer, leer... y, ¿sabes?, creo que tenía razón en el fondo... ella no concebía la vida de la forma que yo la describía, del modo que yo la sentía... porque a ella le tocó vivir una etapa de la Historia en la que los derechos, las delicadezas, la sensibilidad, el respeto, etc., brillaban por su ausencia y, para sobrevivir, había que obviar esas cosas que eran conceptos de debilidad y un lujo imposible de asumir... y tenía miedo por mí, por mi rebeldía y por mi fuerza innata para luchar y pelear por la Justicia... tenía miedo por mí, por la vida que íba a tener, por el sufrimiento que iba a marcar mis días, por la incertidumbre del pánico a perder una hija en un enfrentamiento político y, también, cómo no, por su concepto machista de la vida en general... así la educaron y quizás ella hizo poco por cambiarlo... tenía derecho a tener miedo: ella sufrió una guerra y todas sus consecuencias...
Mis pajaritos, me han dado felicidad porque me han ayudado a ser coherente.
Laia.

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