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lunes, 8 de septiembre de 2008

El Real Monasterio... (1)


Éstas son las primeras imágenes que tuve el placer de ver cuando me levanté, mi primer día en el Monasterio. Es difícil explicar que, no buscando respuestas de fe, encuentre tanta Paz entre estas paredes. Es difídil conciliar mis ideas religiosas con algunos discursos que se oyen en boca de las maravillosas monjitas que, con toda sencillez y humildad, promulgan cada día.
¿Cómo decírles que, cada una de sus palabras y buenas intenciones, cada uno de sus deseos para con el prójimo, cada sacrificio, cada oración y cada esperanza, son patrimonio de la Humanidad y se pueden pronunciar y hacer desde cualquier otra religión?
¿Cómo explicarles que, su dogma de fe, no es único en el mundo?
Digo todo esto porque, dos días antes de mi marcha, llegaron una madre y una hija, típicas tópicas ciudadanas de Madrid con sus peculiares actitudes y con una mentalidad propia de principios del siglo pasado. Y no pude por menos que sorprenderme ante su convicción de que su forma de ver la vida es, ni más ni menos, que la única digna y decente forma de ver la vida...
Así son: únicos en el mundo.
Los seguros, los convencidos, los iluminados, los llamados a la fe católica...
¿Por qué en España, los cristianos han de ser católicos, apostólicos y romanos?
No quiero que me entiendas mal, ante todo, soy respetuosa absolutamente con las creencias de los demás pero, si añadímos que fuí educada desde la religión no militante, chirrían dentro de mi los aspectos intolerantes de algunos integrístas, en este caso, católicos.
Mi respeto y mi cariño más afectuoso para esas mujeres que llevan hábito y que rezan en gregoriano. Ellas sí viven serenas y saben que hay mil maneras para llenar el espíritu y que, para llegar a nuestro Dios, el que cada uno de nosotros lleva dentro, todos tenemos nuestro propio rítmo y andamos por nuestro propio camino.
Así son de generosas y así viven la caridad.
Sé que no leerán estas líneas pero tengo que decírlo:
Gracias a toda la Comunidad por acogerme y quererme.
Y gracias por el agua del Jordán que cada noche bendecía nuestras cabezas al terminar Completas.
El Monasterio visto desde el banco donde me fumaba los cigarritos antes de la comida.
Se respira el paso del tiempo en cada suspiro de aire que mueve las nubes, siempre peregrinas y bonitas.
Laia.

2 comentarios:

Anónimo dijo...

NADIE ES DUEÑO DE LA VERDAD.SOLO DIOS.PRINCIPIO Y FIN DE TODAS LAS COSAS.EL SAVE TODOS NUESTROS PENSAMIENTOS.Y A PESAR DE TODO NOS QUIERE Y PERDONA..

Anónimo dijo...

NO LLORES POR ALGUIEN QUE JAMAS TE ARA REIR... NO ESPERES ALGO QUE TIENES QUE DAR SIN PEDIR NADA ACAMBIO... NO TE CANSES DE SEMBRAR,LAS FLORES..LAILA...NO TE CANSES DE ESPERAR.SOLO TINES QUE SEGUIR CON FLORES EN EL CORAZON..Y EN LAS MANOS.TODO SE TRATA DE DAR..LAILA.!!TODO SE TRATA DEL AMOR..