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miércoles, 6 de agosto de 2008

Como una princesa...

Vas a pensar que no soy fuerte, que no soy capaz de mantener mi postura, que no puedo ser coherente con mis decisiones... lo sé... pero hoy, me siento muy mal... ¿será que consigue hacerme sentir culpable a pesar de todo? A pesar de que sé cómo me manipula, a pesar de que sé que estoy haciendo lo único que puedo hacer. A pesar de que sé que no puedo recuperar algo que en el fondo, nunca he tenido...
Hoy me siento mal. Es su cumpleaños. Y el jueves sin falta, se irá con su familia a pesar de todo y de todos... y encima, hoy, que hemos ido de compras para sus vacaciones (pantalones cortos, bañador, camisetas, etc.), he intendado ser amable desde la distancia pero, como nos acompañaba nuestra hija pequeña, él se dedicaba a hablar con ella como si me tuviera miedo, o como si estuviera ¿ofendido? No lo sé. Pero tengo la sensación de haber montado un castillo de invenciones, un cúmulo de malinterpretaciones, como si estuviera paranoica... en el fondo, sé que esa sensación es parte de la manipulación a la que me tiene sometida pero, ¿me estaré equivocando? ¿Me lo estaré inventando todo?
Hemos llevado a mi hija a su casa y a la vuelta, como siempre, en silencio. No mueve ni un dedo para remediar la situación, símplemente la acepta. Ya sé, ya sé que no estoy siendo coherente, lo sé... pero es que, en el fondo, siempre espero una reacción por su parte...
Cuando hemos vuelto a casa, ha hecho la cena como de costumbre en los últimos meses, hemos cenado y después me ha dejado para irse al salón. He pensado que lo hacía porque no le gusta lo que veo en la televisión y, como no se atreve o no quiere decír nada... pues bien, al rato he ido a buscar el teléfono inalámbrico para llamar a mi otra hija y lo he pillado hablando con el móvil, sonriendo y por supuesto, no me ha dicho con quién hablaba. Yo estaba esperando a que se hicieran las doce para felicitarlo (sesenta años no se cumplen todos los días), así que, lo he felicitado sospechando que no era la primera y le he dado un beso. Me ha dado las gracias y un rato después me ha dicho que se iba a la cama...
¿De dónde voy a sacar la lucidez para no seguir haciendo el idiota? ¿Conseguiré hacerme fuerte para estar en mi sitio? Aunque ahora, en este caso, en realidad no tenga razón para haber tomado la decisión que he tomado, ¿no lo merecen las mil cosas que me ha hecho en el pasado? ¿No tengo derecho a decír basta? ¿A no dejar que pase ni un minuto más, desatendida y menospreciada? Y, aunque todo me lo esté inventando, ¿no es lógico esperar que una persona que supuestamente te quiere, necesite aclarar las cosas para que no vayan a peor, para que no se complique aún más?
Todas son preguntas retóricas pues sé las respuestas. Y también sé que ahora, en este momento, me siento insegura, dolida, sola, muy triste y por eso estoy así... pero saber todas esas cosas, no ayuda.
Como una princesa abandonada, así me siento.
Laia.

1 comentario:

Anónimo dijo...

TRATALO COMO A UN NIÑO..Y YA VERAS.