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miércoles, 23 de julio de 2008

Mi Kay...

Como hablo mucho de mi perrita Kay, aquí te la dejo, para que la conozcas.
Ayer empezó con el celo y lleva sus braguitas y su salvaslip y va todo el rato detrás de mí porque no se siente bien. Cuando la recogimos del albergue estaba tan malita, que la llevaba al veterinario y a la clínica en brazos y ella se refugiaba en mí con carita de pena. Si está mal soy su referencia así que, si la veo circular a mi alrededor ya me pongo a temblar...
El resto del tiempo se lo pasa durmiendo. Ahora sí, en la calle, le sale su vena macarrilla, y se enfrenta a todos los perros que se encuentra por grandes que sean.
Cuando la adoptamos tenía más o menos seis meses de los cuales, la mayoría se los debió pasar abandonada en la calle. Aún se pone histérica cuando ve una moto, por ejemplo, o con el palo de la fregona o el tubo de la aspiradora. Antes de abandonarla le debieron dar muchos golpes.
Pobrecita mía.
Laia.

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