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sábado, 8 de marzo de 2008

Hoy, se llamaba Isaías...

La muerte, vil y despreciable, impuesta por los "NOseresHumanos" que viven en este precioso y único país nuestro que conforma la totalidad de las Comunidades Autónomas, tal como decidímos que se llamaran las distintas regiones y rincones de España hace ya más de un cuarto de siglo, ha vuelto a teñir de dolor y hartazgo cada calle, cada portal, cada plaza, cada ciudad, cada pueblo, cada pedanía, cada barrio, cada escalera, cada casa, cada tienda, cada bar, cada oficina, cada hospital, cada fábrica, cada taller, cada mercado, cada iglesia, cada polideportivo, cada... y así hasta el infinito pues, en cada metro cuadrado de esta piel de toro que tanto queremos, hay mil corazónes llorando de serena y pacífica desesperación...
Los incalificables asesinos, rémora cruel y horrorosa, han vuelto a matar.
NO PODRÉIS CON NOSOTROS.
LA PAZ OS HA VENCIDO.
LA DEMOCRACIA OS HA DERROTADO.
LA HUMANIDAD DE LOS QUE SUFRIMOS VUESTROS ACTOS OS HA GANADO.
Desde aquí, mi humilde homenaje a cada víctima del terrorísmo.
Desde aquí, mi más enérgica repudia a los asesinos.
Hoy, se llamaba Isaías... tenía poco más de cuarenta años, tres hijos y toda una vida por delante.
Laia.

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