MURMULLOS DE MI VIDA

Decreto el secreto en mi vida y también el silencio durante el día... y vendré aquí por la noche a gritar, o por la mañana muy tempranito, cuando las hadas aún brillan al pasar... y dejaré que me llenen la piel con chispas de perlados y relucientes sueños... y mentiré por ellas y negaré que existan porque he decretado secreto y silencio... y sólo oirás el eco, el murmullo, el rumor y el resplandor de los latidos del Universo, muy dentro de tu corazón... y el mio...

sábado, 29 de marzo de 2008

Antes de irme a descansar, te dejo un regalo...

http://es.youtube.com/watch?v=tCmHhLMpgrc

Laia.

1 comentario:

Francisco Méndez S. dijo...: Hola amiga Laia:
Disculpa por no haber venido antes, estoy bien.
Mañana te escribo, que estés muy bien

un gran abrazo, te quiero mucho amiga; 1 de abril de 2008, 6:43

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¡DUELE!

Duele mucho. Saber que para curarme he de romper, olvidar, dejar y cambiar cosas... duele, sí. Duele mucho.
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¿Por qué ha tenido que ser así?
¿Habrá sido culpa mía?
¿Qué he podido hacer que no he hecho?
¿Qué he podido decir que no he dicho?
===============
Mi soledad no es mala, lo sé, pues tengo compensaciones, pero no tengo aquello que he querido, lo que he deseado, soñado, esperado...
===============
Mi vida ha sido una cosa distinta a lo que imaginé y, me estoy dando cuenta, de que ya no tengo tiempo para diseñar otra...

Te estoy esperando a tí, para que me leas con cariño aunque no sepas quién soy. Te espero, porque espero la esperanza del que se siente escuchado cuando grita desde la noche... Te espero, para contar con más ahínco las cosas que quiero contar... Te espero mientras escribo el secreto que he decretado y lo hago, desde el silencio... Te espero y cuando te espero, voy escuchando tus pasos lentos y cautos... ¡Te espero! No tengas miedo de mi, acercate y escucha el murmullo de mi vida... compartelo y díme lo que sientes...

No me hables. No me mires. No me toques. Olvíame si puedes y déjame beber la vida. No me toques, no me hables, ¡no me mires! No rompas el cristal tallado donde está la sangre que me ha de dar la vida... Tu cuerpo y mi cuerpo nacieron para encontrarse y después, quizás, para mantener el recuerdo de aquel hecho, doblado en algún poro de la piel. No me mires, porque la ilusión anida en mí aunque sé que no puedes verme. No me hables, porque ya sabes que tu código y el mio son incompatibles. No me toques, te lo suplico. Porque tu cuerpo y el mio, nacieron para encontrarse...

Así es mi vida, piedra, como tú; como tú, piedra pequeña; como tú, piedra ligera; como tú, canto que ruedas por las calzadas y por las veredas; como tú, guijarro humilde de las carreteras;como tú, que en días de tormenta te hundes en el cieno de la tierra y luego centelleas bajo los cascos y bajo las ruedas; como tú, que no has servido para ser ni piedra de una Lonja, ni piedra de una Audiencia, ni piedra de un Palacio, ni piedra de una Iglesia; como tú, piedra aventurera; como tú, que, tal vez, estás hecha sólo para una honda, piedra pequeña y ligera... (Paco Ibáñez)

No te dejes engañar, no te dejes convencer. Tú eres único en el mundo y tienes cosas buenas y tienes cosas malas pero nadie es más que tú. Pueden tener más dinero y más suerte, pero no son más que tú. Pueden reír y divertirse más que tú, pero eso no los hace más importantes. La piel, la formación académica, el color de los ojos y el color del pelo, el lugar donde hemos nacido y el apellido que heredamos de nuestros padres, no nos hacen ser más que la persona que tenemos al lado, la que no conocemos de nada. Detrás de un ser humano, hay un ser humano. Y todos, tenemos los mismos derechos de igualdad. Por favor, no dejes que te convenzan de lo contrario.

No me esperes, amor...

Si, has oido bien: no me esperes. Ya no puedes ejercer dominio sobre mi... ya ves, tú que lo hubieras tenido todo para siempre, te has quedado sin nada para la eternidad...
Yo que te he tenido tan alto, he de verte revuelto en el fango de tu propia miseria y prepotencia. Duele sobrevivir a un amor como el que te he tenido. Y no porque mi amor o yo misma fuéramos grandes o lo pretendiéramos: el amor que te he tenido ha sido proporcional a todo lo que he soñado en tí... pero los sueños sueños son, y nunca realidad.
No me esperes porque tengo la ilusión de encontrar a un amor que no me haga sangrar pues, por fín, he descubierto que aquello que tu me diste sólo fue dolor y yo, llena de esperanza, vivo cada noche por encontrar ese amor que me haga vivir para no morir... no me esperes amor, tu turno, ha pasado.

A la caja con la falta de amabilidad...
A la caja con la mentira y el engaño.
A la caja con los mentirosos y los salvapatrias.
A la caja de golpe con toda la tristeza de los niños y de los ancianos
A la caja de golpe, con todos los que maltratan de alguna forma al indefenso, sea quien sea, incluso al perro, al gato o una flor.
A la caja el miedo a la vida.
A la caja, el dolor y la enfermedad, la soledad y la tristeza de los niños que no viven como los nuestros.
A la caja, la crueldad de los invencibles,
A la caja, las injusticias sociales.
Al fondo de la caja con toda la indiferencia que nos hace crueles.
Coloco en la caja, al que hace mal uso de un invento.
Coloco muy dentro de la caja, todos los malos tratos que sufren algunos a manos de otros.
Dentro de la caja, muy profundo, dejo el rencor que me voy encontrando.
El abandono y la indiferencia, a la caja.
El desarraigo, a la caja.
El descaro y el cinismo, a la caja.
El miedo en la noche, a la caja.
El rencor, también a la caja.
Elimino del camino la traición y la deslealtad... ¡a la caja!
La ira, la hundo en la caja para que no vuelva a salir.
La tristeza a la caja.
La venganza, a la caja pero ya!
Los gritos, a la caja.
Meto de un golpe en la caja, toda la traición que hay en el mundo.
Olvido en el fondo de la caja, la injusticia del que regala lo que le sobra o lo que ya no quiere.
Pongo en el fondo de la bonita caja toda la maldad del usurero.
Pongo en la caja al miserable que se esconde tras sus rezos y "meaculpas"
Pongo en la caja Bonita, la muñeca manchada de sangre y al que disparó y mató al niño.
Pongo en la caja, muy hondo para que se quede ahí para siempre, el cinísmo y la hipocresía.
Quito de en medio, la crueldad del que manipula para ganar poder y/o dinero.
Quito del medio del camino, a la persona que no ve a su vecino pasar hambre.
¡El dolor del alma a la caja!

MURMULLOS DE MI VIDA

MENSAJE A MI LECTOR:

Gracias por la visita.

sábado, 29 de marzo de 2008

Antes de irme a descansar, te dejo un regalo...

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¡DUELE!

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Mi tiempo de duelo se acaba, ¿no?

No me esperes, amor...

No me esperes... te lo digo en serio...

Para abrir mi puerta y entrar a mi vida, tendrás que saber lo que siento...

Rechina un poco, ¿verdad? Sin embargo, me encanta...

Estoy aprendiendo a bailar contigo...

Esta flor roja también es bonita...

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